Una limpieza básica es uno de los mejores cuidados que le puedes dar a tu violín. Siempre cuando termines tu estudio, tienes que limpiarlo. Para ello hay que comprar un paño de micro fibra, son de los que no sueltan pelusa. Puede comprarlo en Walmart, o en tiendas de suministros para automóviles o anteojos de bajo costo. Evite el uso de franelas de pelusa, trapos o toallas. Tomarás el paño de microfibra y limpiarás todos los residuos, principalmente el que forma el alquitrán cerca del puente. Con el tiempo, puede incluir un pulimento para violín a base de resina o resina. Mantener su brillo también es una parte muy importante de su mantenimiento.
Cuidar tu arco es tan importante como cuidar un violín. Estos son accesorios muy importantes y por lo general son los primeros en fallar. También al final de su estudio, debe eliminar la tensión. Esto evita que se desgaste rápidamente y, por lo tanto, se deforme. Desafortunadamente, un arco deformado ya no se puede reparar y deberá adquirir uno nuevo. Recuerda que los pelos de los moños se caen con mucha frecuencia, esto no debe alarmarte. Esto suele pasar con arcos simples y no con arcos más avanzados. Pero para un principiante, es bueno comenzar con un arco simple y luego cambiarlo.
Resina del arco del violín
Resina de la crin una vez estirada forma parte de la preparación de tu arco antes de tocar el violín.
La resina es un residuo sólido de color ámbar que proviene de la savia de los árboles. Su finalidad es proporcionar un nivel de fricción entre el arco y la cuerda del violín; de lo contrario, el arco simplemente se deslizaría sobre las cuerdas del violín sin hacer ruido. La mayoría de los violines se venden con resina como parte del kit.
Resina
Solo es necesario aplicar resina cuando las cerdas son demasiado suaves. Esto no sucede más de una vez a la semana, incluso si juegas mucho. Mueve las cerdas contra la resina, en lugar de hacerlo al revés, y aplica la resina a lo largo de las cerdas, desde la punta hasta la nuez. Si mantienes un dedo en el anillo, evitarás dañar la resina.
Limpia las cerdas con un trapo cuando hayas terminado, o mete una uña entre ellas, cerca de la nuez. De esta manera evitas que la resina caiga sobre el violín. También puedes agitar el arco, pero siempre es mejor evitar el peligro de chocarlo accidentalmente con algo.
